Ese «ship» todo asqueroso de Bakugō Katsuki x Uraraka Ochako solo me gusta porque alimenta mi imperiosa necesidad de tener contenido de mi tipo de romance favorito:

Chico hostil que constantemente está de malhumor, asomando a lo anti-sistema o absoluta rebeldía, se enamora de la chica más tierna, melosa y educada —puede incluir la narrativa donde en secreto disfruta de algún deporte que implica agresividad y ocasionalmente saca a relucir un lado igual o más hostil; aunque también me gusta cuando no tiene doble vida y es totalmente correcta y elegante en todos los aspectos de su vida—. El punto es que el chico tiene sentimientos absolutos por ella y el aura apacible que transmite. Su romance se vuelve intenso y sólo con ella reluce un lado más sensible y empático.

Sí, ese tipo de romance es mi lugar seguro. o((*^▽^*))o

▼ Mención de Cáncer Infantil ( Leucemia ) ▼

«My Hero Academia» ha terminado. No es mi obra favorita, mucho menos la considero una obra excelente, pero me es imposible odiarla:

En marzo del 2023, falleció mi prima, paulina, después de luchar contra la leucemia. Ella era una gran fanática de «My Hero Academia» —el fenómeno que esta franquicia tuvo sobre los niños es digno de estudio—. Solíamos hablar de esta serie siempre que nos encontrábamos en las reuniones familiares. Ella realmente ansiaba leer el final de la serie, quería ver a sus personajes favoritos superando sus obstáculos, cumpliendo sus sueños y convirtiéndose en las personas que anhelaban ser. Un niño no piensa en la calidad narrativa, en la caracterización de personajes o en la estructura de una obra, solo piensa en la felicidad de sus personajes favoritos.

Estoy profundamente agradecida con Kōhei Horikoshi por haberle dado felicidad a paulina a través de su obra. Se acabó, fue una lectura cargada de muchas emociones, me quedo con las experiencias positivas y los momentos ‘fangirl’ compartidos con mi prima. Al final, son mucho más significativos que cualquier crítica negativa que quieran imponerme.

Lo de «Yo no me fijo en el género de los autores, si la historia es buena, la leo, pero soy incapaz de mencionar a tres autoras que haya leído» me huele a cerrado. Más que nada porque hay muchísimas autoras bien conocidas, y para no haber leído a ninguna ya tienes que esforzarte en evitarlas.

«Es que el género del autor no importa», en algo debe importar, si es que evitas a las mujeres de manera sistemática en tu estantería de lecturas. Ni siquiera es un tema demográfico, hay mujeres escribiendo Shönen y Seinen, ¿Y no leíste ninguno?

Y lo mismo con literatura y cómic occidental. Si no has leído a ninguna autora, mi única conclusión es que consciente o inconscientemente evitas hacerlo, porque si de verdad te diera igual como dices, hay demasiadas muy conocidas como para no haber leído al menos tres.

El debate de «quién sufrió más» me parece genuinamente un despropósito, es como si se estuviera invalidando el sufrimiento de quien «sufrió menos». Las personas poseen diferente resistencia emocional, hay personas que genuinamente pueden sentirse destrozadas con algo que a primera vista parece ser «no tan grave». No se puede pretender que todos afronten los problemas de la misma manera, todos tenemos diferente resistencia emocional y estamos en un contexto diferente. Esto aplica de la misma manera con los personajes, todos viven en un contexto diferente, tienen personalidad diferente y poseen diferente resistencia emocional. Pretender hacer una «escala de sufrimiento» es simplemente absurdo y poco empático.